Celulosa Almeriense, Sociedad Anónima fue una fábrica dedicada a la elaboración de pasta de papel a partir del esparto, materia prima muy abundante en el sureste español y norte de África, con una producción anual de 20.000 toneladas en sus mejores años de actividad. Controlada por el Grupo Banca López Quesada y con domicilio social en Madrid, se trataba de una industria singular, pues tan solo existía otra en el mundo, en Túnez, que empleaba el mismo método de elaboración del producto.
La factoría se encontraba en la ciudad de Almería y se ubicaba en la carretera de Sierra Alhamilla paralelamente a la línea del ferrocarril de Linares a Almería y muy próxima a los cambios de entrada de la estación almeriense. Su construcción comenzó en el año 1960 y la actividad dio inicio en el mes de octubre de 1965. Dos años antes, en 1963, el Consejo de Administración decidió encargar a Renfe un estudio para construir una vía de apartadero que facilitara la entrada y salida de mercancías por ferrocarril. Este primer proyecto consistía en la instalación de una sola vía de unos 260 metros aproximadamente que arrancaba desde un cambio ubicado en el kilómetro 249,439 a 1.179 metros del eje del edificio de viajeros y atravesaba a nivel la citada carretera de Sierra Alhamilla. Se barajaron dos opciones: la A, descrita anteriormente, y la B, que incluía una placa giratoria en los terrenos de la factoría para derivar los vagones a otra vía perpendicular a la principal. Ninguna de las dos opciones se llevó a cabo por la imposibilidad de adquirir unos terrenos necesarios para el paso de la vía.
En 1969 se retomó el proyecto una vez solventadas las dificultades que impedían su ejecución, pero con sustanciales modificaciones respecto al inicial que mejoraban la explotación. En primer lugar, el punto elegido para el arranque de la derivación se llevó al kilómetro 249,709 de la vía general y a 839 metros del eje del edificio de viajeros. Se planificaron tres vías de distintas longitudes dentro del recinto de fábrica: la más larga, de 270 metros, prestaría servicio a la zona de apilado del esparto; la de 70 metros entraba en la nave del producto elaborado y, desde esta, en sentido contrario, partía una corta vía de 40 metros hasta los depósitos de materias líquidas.
Aunque a finales de 1969 había un acuerdo entre Celulosa Almeriense y Renfe para realizar la obra, la escasez de personal de la empresa constructora adjudicataria del proyecto retrasó su ejecución hasta noviembre de 1972. El 9 de enero de 1973 fue la fecha oficial de puesta en servicio de la derivación y los primeros vagones entraron en la factoría el día 18 de ese mismo mes: se trataba de cinco unidades de la serie X (abiertos). Sin embargo, las expectativas que se habían generado con el transporte por ferrocarril no se cumplieron, ya que apenas se alcanzaron las 2.500 toneladas entre los años 1973 y 1975, debido fundamentalmente a la competencia del camión y el barco y, sobre todo a que esta industria entró en una profunda crisis a partir de 1975 a consecuencia del encarecimiento de los costes de producción y por el perfeccionamiento de la obtención de la pasta de papel a partir de la madera. En 1979 se declararon en suspensión de pagos y en 1981 tuvo lugar el cierre total de la factoría.
En sintonía con la situación del concesionario, el 11 de agosto de 1981 se estableció una consigna que prohibía el acceso de material ferroviario por la derivación particular debido al mal estado en que se encontraba. A comienzos de 1983 se confirmó el levante de la vía por los trabajos que se estaban llevando a cabo en la estación de Almería con motivo de la instalación de los enclavamientos eléctricos, hecho que puso punto y final a este efímero apartadero industrial.
Autor del texto: Antonio Aguilera Cantón
Fuentes consultadas: «Expediente Celulosa Almeriense, S.A. Renfe. Dirección de la 3ª Zona. Comercial. Delegación de Almería», 1963-1983. Archivo Asafal
