El PASO A NIVEL DE GACHAS COLORÁS

Las obras de integración del ferrocarril en Almería están cambiando el paisaje urbano de la ciudad que marcaba la línea del ferrocarril. Ya no se volverán a ver las vías hasta que vuelvan a salir a la superficie en la nueva estación intermodal. Ya no habrá pasos superiores ni inferiores que hasta ahora han permitido salvar a peatones y vehículos la barrera ferroviaria.

Desde la inauguración del tramo de la línea entre Almería y Guadix, allá por el año 1895, los caminos y carreteras se cruzaban mediante pasos a nivel que, en algunos casos, estaban custodiados por guardabarreras o guardesas que accionaban sus barreras o colocaban las cadenas hasta que el tren hubiera pasado. Poco a poco, para aumentar la seguridad de los viandantes y del tráfico rodado, comenzaron a eliminarse estos puntos críticos de cruce mediante puentes o pasos subterráneos. El primero de ellos, allá por los años sesenta del siglo XX, fue el de la carretera de Níjar, a la salida de la barriada de Los Molinos y que hoy ha sido desmantelado dentro de las actuaciones del soterramiento. Más cercano a la estación almeriense se encontraba el llamado de Gachas Colorás o Peñicas de Clemente que, conforme crecía la ciudad y el tráfico, se convertía en un embudo para los coches que debían detenerse cada vez que un tren circulaba. Por entonces, los trenes de mineral que procedían de las Minas del Marquesado, en la vecina provincia de Granada, y regresaban vacíos eran muy numerosos, además de los de viajeros y otros trenes de mercancías, lo cual era motivo de un cierre recurrente del paso y provocaba unos atascos monumentales.

La barrera se acciona por última vez antes de la clausura del PN de Gachas Colorás. 1990. Fondo ASAFAL.

Hasta 1990 no se clausuró este paso a nivel, cuando la construcción de la autovía del aeropuerto habilitó otro superior, muy próximo al de Los Molinos, y se puso en servicio el de la avenida del Mediterráneo. Sin embargo, el considerable rodeo que había que dar para pasar de un lugar a otro generó airadas protestas entre la ciudadanía y aconsejó crear un paso inferior que facilitara el tránsito directo.

Conforme avancen las obras de integración del ferrocarril, también será eliminado y entonces será el tren quien circule bajo tierra y los vehículos y peatones lo volverán a hacer a ras de suelo, como antaño, pero sin ver pasar el tren.

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