El haz de vías de la estación de Almería sufrirá sensibles cambios en su disposición actual al quedar fuera de uso ferroviario gran parte de la superestructura de la misma.El acuerdo al que han llegado el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) y el Ayuntamiento de Almería, por el que aquel le cede temporalmente una amplia zona comprendida entre la pasarela peatonal y el arranque de la rampa de acceso al Cable Inglés, incluyendo la actual terminal de mercancías (ver plano), significará un cambio sustancial en el recinto ferroviario almeriense.El objeto de esta cesión de terrenos es dotar de una nueva zona verde a la ciudad y facilitar el paso de peatones entre el barrio de Ciudad Jardín y el centro urbano. Está previsto que esta actuación se desarrolle durante los dos próximo años y, si no hay cambios, todo hace presagiar que ésta será la disposición que asuma la nueva terminal de alta velocidad, una vez llegue esta infraestructura a la capital: en superficie y, sobre todo, que sea definitiva la recuperación del antiguo edificio de viajeros y su vuelta a su uso original. Queda la duda de saber si, finalmente, se adoptará la solución intermedia de soterrar el trazado de la doble vía entre El Puche y la avenida del Mediterráneo, para emerger en este punto y llegar hasta la topera que se ha fijado en el citado convenido a la altura del antiguo restaurante “Martín Fierro”. Por otra parte, se mantiene el proyecto de acceso soterrado al recinto portuario y, lamentablemente, Almería pierde la única instalación ferroviaria preparada para el transporte intermodal de mercancías sin que se haya previsto una nueva ubicación para potenciarlo. Este es un ejemplo de cómo la teoría y la práctica van por caminos separados: todos los sectores sociales y políticos abogan por fomentar el transporte ferroviario de mercancías y su intermodalidad, pero la realidad nos demuestra que no se ha hecho ni se hace absolutamente nada. Ya va siendo hora de pasar de las palabras a los hechos.