Introducción
El presente artículo es una revisión actualizada del que se escribió en 2005 para la revista electrónica El Ferrocarril Digital sobre el ferrocarril minero de Las Piletas, en las estribaciones de la Sierra de Baza y perteneciente al término municipal de Huéneja. El acceso a nueva documentación y referencias sobre este enclave minero, así como lo recopilado en las diferentes visitas de campo realizadas permite reinterpretar alguna de las cuestiones expuestas anteriormente para describir con mayor precisión el devenir histórico de unas singulares instalaciones de transporte que facilitaron la extracción minera en la zona.
Historia del enclave minero
El inicio de labores mineras de importancia en la comarca del Marquesado (Granada) estuvo estrechamente vinculada a la construcción del ferrocarril Linares-Almería. La presencia de una línea ferroviaria facilitó la entrada en un primer momento de grandes grupos extranjeros con experiencia, capaces de explotar a gran escala las reservas minerales de la zona y colocar el mineral en el puerto más cercano a precios razonables. Así, el apropiamiento de los registros más importantes de la zona corre casi paralelo a la noticia de la constitución en 1889 de la Compañía de los Caminos de Hierro del Sur de España y por cuenta de casi en exclusiva de un nombre: Hubert Meersmans de Smet.
Este belga afincado en Granada fue el intermediario que permitió la entrada de capitales extranjeros en la minería del Marquesado. Sus buenos contactos empresariales y sus habilidades para los negocios lo convirtieron en uno de los personajes de relieve en la Granada de comienzos del siglo XX.
Desde 1888 comenzó a acumular registros mineros para la extracción de hierro en los términos de Alquife, Huéneja y Dólar, junto a los que serían sus socios en la Sociedad de Minas de Hierro del Marquesado, Manuel de la Puente Apecechea, José Linares Jiménez y Louis Bardon y Gosset (Minas y mineros de Granada, p. 56). Como dice el Anuario de Granada de 1906: la sociedad “se constituyó en Granada el 21 de Enero de 1895, con un capital de 500.000 pesetas para la explotación de minerales de hierro y compra y venta de los mismos”. Más bien lo segundo, porque en realidad era una plataforma de mediación a la espera de compañías inversoras.
El aliado fue la Compañía de Portman, con gran implantación en el área de Cartagena, que inició la explotación en los registros de Las Piletas en 1895 y creó dos años más tarde la filial Compagnie des Mines d´Alquife, que era la encargada de sentar las bases entre Minas de Hierro del Marquesado y Portman para una jugosa venta posterior. En 1900 la británica Alquife Mines & Railway Co. Ltd. adquirió las minas del cerro de Alquife y el ramal ferroviario de 11,5 kms para acceso a las minas desde la estación de La Calahorra construido por la filial de Portman (Minas y mineros de Granada, p. 57). Los registros situados en la llanura del Marquesado, junto a los del cerro de Alquife, también pasaron por varias manos (Portman y Soria Mining) hasta llegar a los de la británica Bairds Mining, con explotaciones en Camargo (Santander) y Cerro del Hierro (Sevilla), que construyó en 1916 su propia línea de ferrocarril de 15,5 km entre sus registros y la estación de Huéneja. Desde entonces, este enclave se convirtió en uno de los nudos ferroviarios de referencia en el tráfico de mineral de hierro al recibir los procedentes de Bairds y de Las Piletas.
La producción en las minas de Las Piletas a lo largo de su historia ha sido discreta aunque constante, obteniéndose dos tipos de mineral de hierro: la hematites roja y parda, destinada a la siderurgia, y el oligisto, empleado en diferentes aplicaciones industriales.
En el paraje de Las Piletas se inició la explotación a gran escala del mineral de hierro de la comarca del Marquesado. La Compañía de Portman, representada por Gustave Giraud, inició gestiones en el segundo semestre de 1894 para iniciar los trabajos mineros, el arreglo en Almería de una explanada a espaldas del dique de Poniente con el fin de almacenar y embarcar los minerales procedentes de Huéneja y la llegada al puerto del cable aéreo que durante varios años tuvo esta compañía funcionando en la Sierra de Cartagena (La Crónica Meridional, 13-10-1894 y El Popular 15-10-1894). A primeros de enero de 1895 se anunciaba que el cable aéreo había sido desmontado y trasladado a Almería en dos embarques, la balandra Joaquina en el mes de marzo y el material restante a principios del mes de abril (La Crónica Meridional, 19-03-1895 y 09-04-1895). Portman inició la explotación minera con el arrendamiento la mina Purísima Concepción, la construcción de un plano inclinado entre la mina y la tolva de carga del cable aéreo y la instalación del mismo entre la mina y la estación de ferrocarril Huéneja-Dólar, el cual se encontraba completamente montado a finales del mes de septiembre (Estadística Minera, 1895, p. 84, La Crónica Meridional 22-09-1895). . Los estudios de investigación en registros más lejanos a la estación de carga del cable plantearon la necesidad de contar con un transporte eficaz y que sirviera de acceso a galerías y escombreras que encontrara a su paso, por lo que en 1899 se construyó un ferrocarril de vía estrecha para conducir los minerales del coto minero formado por las minas Los Caballos, Teresa, Precaución, Centinela y otros de menos importancia (Estadística Minera, 1899, p.92).
En los primeros meses de 1906 se produjo el traspaso de la explotación minera a Acosta Hermanos, vinculada al diputado a Cortes almeriense Antonio Acosta. No se conocen más datos del contrato salvo el pago de 300.000 pesetas (El Radical, 13-04-1906 y La Crónica Meridional 22-07-1913).
En 1910 se constituyó en París la Société Française des Mines de la Sierra de Baza, con un capital de 1.000.000 de francos repartidos en 10.000 acciones de 100 francos de las que 9.500 se entregaron, por sus aportaciones, al barón de Bernard, quedando las 500 restantes ofertadas al público para suscripción en metálico. El aporte de esta sociedad era el grupo de minas tituladas Purísima Concepción, San Pedro, Los Caballos, Precaución, Teresa, Huéneja, El Pío, Tropiezo, La Esperanza, La Unión, Por si Acaso, El Centinela, La Pimienta, Perspicaz, Saturno y Luna, Nueva, Bernardeta, Los Mártires, Manola, Torpedo, Vesubio, Juan Necio, La Chata, Luisito, Leona, Farnesio, Perseverancia y otras de más o menos importancia. (Revista Minera, Metalúrgica y de Ingeniería, tomo LXI-1910, p. 5). Se desconoce el formato de la operación, aunque posiblemente la Compañía de Portman y el grupo de propietarios de minas de hierro del Marquesado actuaran de manera similar que con las minas del cerro de Alquife.
En los meses de julio y agosto de 1913, los diarios de referencia en Almería y Granada se hacían eco de que las minas habían sido adquiridas por una empresa bilbaína que estaría realizando los trabajos para preparar la explotación a gran escala y efectuando reparaciones en cable, vías y talleres (La Crónica Meridional 22-07-1913 y 26-08-1913). Dicha empresa sería la Sociedad Anónima Coto-Minero de Huéneja, constituida en Bilbao el 5 de Mayo de 1915 con un capital social de 1.250.000 pesetas y presidida por Agustín Iza y Rementería, aunque unos años antes ya operaba bajo esta denominación (Anuario Garciceballos 1921-22, p.732). Coto-Minero tenía la propiedad de algunos registros y tomó en arriendo los del grupo de Mines de la Sierra de Baza. En el periodo en que trabajó Coto-Minero, realizó subarriendos a Remigio Iza (El Defensor de Granada, 07-11-1919) y a la Sociedad Monberguer y Compañía desde el 1 de septiembre de 1923 (Gaceta de Madrid, nº 111, 21-04-1926). También trabajó la Sociedad Hierros de Huéneja y Fiñana explotando la mina La Aparecida de la que se extraía oligisto (Estadística Minera, 1924, p. 367).
En 1917 la prensa se hacía eco de la inversión de casi 2 millones de pesetas en la reforma de viejas minas, adquisición de propiedades y nuevos registros, habiendo descubierto una potentísima masa de hierro superior a todo cálculo anterior que presagiaba buenas expectativas de negocio (Madrid Científico, nº 924, p. 11). No debió ser para tanto ya que los registros mineros de Coto-Minero de Huéneja quedaron francos y registrables, resultando incursos en caducidad por débitos de canon de superficie según decreto del Gobierno Civil de la provincia de Granada de 15 de abril de 1926 (BOP Granada nº 93 23-04-1926, pp.1-2). Además fue demandada por Minas de la Sierra de Baza sobre resolución de contrato, devolución de bienes y otros extremos, cuya ejecución de sentencia continuó Francisco Javier Jiménez de la Puente, conde de Santa Engracia, como cesionario de Minas de Sierra de Baza. El juez de primera instancia del juzgado de la Inclusa de Madrid emitió un edicto para abordar las diligencias de ejecución de la sentencia firme en los autos de mayor cuantía por el que se anunciaba la venta por subasta de todos los bienes relacionados con la explotación de la mina (BOP Madrid nº 110 07-05-1932, pp.6-7). Tras sucesivos anuncios de subasta, los bienes fueron adjudicados a la almeriense Sociedad Romero Hermanos, teniendo que interponer demanda judicial para que les fuera extendida la escritura pública de transmisión de los bienes para proceder a su inscripción en el Registro de la Propiedad (BOP Madrid nº 245 14-10-1943, p.3 y nº 129 31-05-1944, p.3).
En los sucesivos años las labores de extracción se centraron en el oligisto, registrando la sociedad Romero Hermanos el 1 de septiembre de 1939 la mina nombrada Demasía a la Aparecida y concentrando los trabajos en los registros La Aparecida, San Antonio y Demasía San Antonio, manteniéndose a lo largo de las décadas de los 30 y los 40 con escasa intensidad, rebuscando y arrancando mineral existente en columnas de explotaciones antiguas, aumentando en los años 50, al incluir los trabajos en los registros San José, Amelia, Demasía a Aparecida, Plutón I y Plutón II, habiendo referencias de trabajos por parte de la Sociedad Penibética Minera (Estadística Minera, 1951, p. 275, BOP Granada, 04-02-1968, p.2 y Revista Oficial Huéneja, octubre de 2018, p.16).
En 1948 se iniciaron trabajos de investigación para la explotación de mineral de hierro para fundición, haciéndose cargo a partir de 1949 la Sociedad Española de Minas de Huéneja S.A., vinculada al Instituto Nacional de Industria (INI) a través de la Empresa Nacional de Siderurgia (ENSIDESA). Se trabajó en las minas Pepita y Sor Paca Predeo, en activo hasta 1965. Aunque la razón social sufriera cambios de denominación como Productora de Primeras Materias S.A. y Minas de Huéneja S.A., se trataba de la misma entidad (Estadística Minera, 1949, p. 279, 1954, p. 261 y 1965, p.177).
A principios de 1968, la sociedad Penibética Minera había incurrido en numerosos débitos por conceptos de minas, cánones e impuestos de sociedades, procediendo a embargo de bienes (13 vagonetas, 9 barriles de hierro, un canal de hierro de 4 metros, un transportador interior de vía sin fin y varios bienes inmebles) y subasta de 1.500 tm de mineral, cuyo depositario era Joaquín Delgado Izquierdo, el cual se adjudicó la subasta y fundó, junto a Juan Espinosa, propietario de la mina Plutón I, la empresa Óxidos Férricos S.A que aún mantiene su actividad. Es la única empresa minera española productora de óxido de hierro micáceo y trabaja en la diversificación de las aplicaciones industriales de sus productos derivados (BOP Granada, 04-02-1968, p.2, 26-04-1969, p.3 y Revista Oficial Huéneja, octubre de 2018, p.16).
Descripción de las instalaciones de transporte
Las instalaciones de transporte minero estaban ceñidas a la explotación del mineral de hierro para siderurgia, es decir a los trabajos realizados por las compañías de Portman y Coto-Minero de Huéneja, las cuales fueron posiblemente desmanteladas en su mayoría por la sociedad Romero Hermanos, adjudicataria de la subasta del material fijo y rodante del cable y del ferrocarril, no figurando ninguna locomotora.
El cable
La Compañía de Portman inició sus trabajos en Las Piletas en 1895. Desde el 23 de julio de ese año el tramo ferroviario entre Almería y Guadix estaba en funcionamiento, lo que permitió iniciar la explotación de la mina a gran escala. En un primer momento se instaló un cable aéreo para transportar el mineral de hierro del grupo de minas de Las Piletas hasta la estación de ferrocarril más cercana, la de Huéneja-Dólar y desde allí continuar por ferrocarril hacia Almería para su embarque. Como ya se ha comentado al inicio, este cable había sido desmontado de la Sierra de Cartagena a finales de 1894, tras dar servicio en la explotación del grupo de minas de La Crisoleja desde el verano de 1884. (Memorias del Instituto Geológico de España, Criaderos de Hierro de España, tomo I Criaderos de la provincia de Murcia, 1913, pp.241-25, El Diario de Murcia, 27-01-1884).
Gracias al problema judicial entre las sociedades Coto-Minero de Huéneja y Minas de la Sierra de Baza podemos conocer más detalles del mismo.
El cable o teleférico era del tipo tricable (dos cables vía y un cable de tracción) sistema Otto, cuyas patentes formaron parte de la empresa J. Pohlig A. G., con una longitud de 4.350 m (en el estudio realizado por el ingeniero Manuel Maldonado se indica una longitud de 4385,50 m) y tres estaciones (carga, descarga y tensora intermedia) sustentado sobre 71 columnas de hierro y 100 vagonetas. La capacidad de carga era de unas 30 toneladas por hora. Disponía de línea telefónica y su movimiento era proporcionado por una máquina de vapor fija marca Ruston de 8 CV (BOP Madrid 07-05-1932, pp.6-7). En la obra Funiculares aéreos de Fernando Baró (p. 243) se señala que el cable era movido por un locomóvil de 25 CV. El cargadero del cable estaba conectado al ferrocarril por un ramal de vía, del que partían tres accesos de vertido (plano de labores mineras).
Actualmente no se conservan restos de este teleférico, salvo el murete de piedra en las vías de carga en la estación de ferrocarril de Huéneja-Dólar y lo que sería un depósito de mineral en la estación de carga del cable en la zona minera, muy cerca de la casa de dirección, que aún se mantiene en pie.
El ferrocarril minero
En 1899 la Compañía de Portman inició la construcción de un ferrocarril minero entre la estación de carga del cable aéreo y el grupo minero Los Caballos en una zona cercana al Cerro de Los Lobos, facilitando así las labores de bocamina y el acarreo del mineral.
El ferrocarril, cuya traza aún se conserva, adaptaba su trazado a la topografía de la zona, salvando barrancos y desagües mediante pasos de poca longitud con estribos de mampostería y tableros de paso a base de maderas y carriles invertidos. El más importante de ellos es el que atravesaba el Barranco de Las Piletas, en el que la traza ferroviaria describe una U invertida. Una vez salvado este barranco se atraviesa una zona de labores mineras (registro Esperanza) en la que se suceden varias curvas y se observan testigos de vías mineras auxiliares conectadas a la general. A partir de aquí se encuentra la parte más accidentada del trazado, cercana al paraje del Cerro de Los Lobos y donde no se encuentran explotaciones mineras. Aquí la traza va en trinchera o terraplén, siendo necesaria la construcción de dos túneles, el segundo de mayor longitud y en curva a la derecha, ambos sin revestimiento interior y de dos pasos superiores de menos altura que el primero. El recorrido total era de unos 4 km. A los registros del grupo de Los Caballos llegaban pequeños ramales de vía para carga de vagonetas que eran arrastradas por caballerías (descripción basada en cartografía, plano de labores mineras y visita sobre el terreno).
Las vías eran del tipo Decauville y el ancho de vía era de 500 mm (Boletín Oficial de Minas y Metalurgia nº 62, julio 1922, p. 28, tal y como corroboran los listados de las fábricas suministradoras de las locomotoras de vapor consultados por José Antonio Gómez Martínez). En la visita de campo se encontró un cambio de vía (desaparecido hace unos años) de ancho 600 mm, que podría corresponder a una instalación minera posterior, como la de la empresa Penibética Minera, extremo por confirmar. El lote de vías que salió a subasta en 1932 señalaba el siguiente inventario: 6205 m de carril de 7 kg/ml, 1500 m de 8 kg/ml, 780 m de 5 kg/ml, 406 m de 18 kg/ml y 226 m de 14 kg/ml, cambios de vía y depósito de hierro para agua, así como dos básculas, de 500 y 15.000 kg cada una (BOP Madrid 07-05-1932, pp.6-7).
El material móvil estuvo compuesto por 136 vagonetas de 800 kg y 6 de 750 kg y una “vagoneta tranvía” con asientos, de la que no se dan más detalles. Pudiera ser un pequeño coche adaptado para pasajeros (BOP Madrid 07-05-1932, pp. 6-7). La Compañía de Portman aportó en la primera época de este ferrocarril una locomotora de vapor Decauville de dos ejes acoplados tipo 020 T y 3,25 t de peso, llamada PORMAN, expedida de la fábrica el 30 de mayo de 1900 con el número 313 (Trenes, cables y minas de Almería, p.357).
Posteriormente, cuando se hizo cargo de los trabajos la sociedad bilbaína Coto-Minero de Huéneja, ésta aportó otra locomotora 020 T de 10 CV suministrada por la casa alemana Orenstein & Koppel en febrero de 1914. Fue expedida con el número de fábrica 7033 y al parecer no recibió nombre alguno (Trenes, cables y minas de Almería, p. 357).
Es reseñable que en las dos empresas que operan el ferrocarril y el cable aéreo, Portman y Coto Minero de Huéneja, no figuran como traspaso o en el inventario de material subastado ninguna de las locomotoras de vapor, pero sí el resto de material fijo y móvil.
Fuentes y Bibliografía
Para el apartado histórico la base ha sido el libro Minas y Mineros de Granada de Arón Cohen Amselem, publicado por la Diputación de Granada en 2002 dentro de la colección Los Libros de la Estrella. Para el apartado descriptivo de las instalaciones de transporte se ha tomado de referencia Trenes, Cables y Minas de Almería de José Antonio Gómez Martínez y José Vicente Coves Navarro, publicado por el Instituto de Estudios Almerienses en 2000.
Se han consultado expedientes mineros y la escasa documentación del archivo de minas sobre la zona de Las Piletas (plano de labores mineras) en el Archivo Histórico Provincial de Granada.
La totalidad de los nuevos datos aportados proceden de publicaciones históricas digitalizadas (BOP (Madrid y Granada), BOE (Gaceta histórica), Hemeroteca Digital BNE, Biblioteca Digital de Andalucía y las publicaciones relacionadas con minería disponibles en la biblioteca digital del IGME (Instituto Geológico y Minero de España).
Para las visitas de campo se contó con la presencia de grandes aficionados al ferrocarril vinculados a la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Almería (ASAFAL) y de otros lugares como Víctor Lara Larios y Amadeu Parera.
Autor: CARLOS PEÑA AGUILERA