La Voz de Almería

Antonio Lao alao@lavoz.almeria.net

Alrededor de dos mil personas, -1.500 para la Policía y 5.000 para los sindicatos- se manifestaron ayer por las calles de Almería para conmemorar el 1 de Mayo. El acto, un año más, se convirtió en una fiesta multirracial, multilingüe y contra el racismo y la xenofobia. A través del Centro de Información de Trabajadores Extranjeros, en la manifestación de ayer en Almería participaron unos trescientos inmigrantes -del Magreb fundamentalmente- que pusieron al acto calor, color y ritmo. Al final, coincidiendo con la lectura de los manifiestos de Comisiones  Obreras y UGT, una trabajadora inmigrante leyó el manifiesto en árabe, algo que ya se está convirtiendo en tradicional. No hay que olvidar que en Almería trabajan y viven más de 15.000 inmigrantes, fundamentalmente en la horticultura. En este discurso, se hizo un llamamiento a todos los trabajadores, a la sociedad en general y a las instituciones, para combatir toda clase de discriminación y de rechazo desde principios de justicia y solidaridad. Junto a las pancartas alusivas al Primero de  Mayo “Por el empleo y la solidaridad” y a los diversos conflictos que han padecido los trabajadores de la provincia en el último año -fundamentalmente los interinos del Servicio Andaluz de salud que piden un empleo estable- podían verse otras en árabe, francés o inglés en las que este colectivo pedía a las instituciones que  “faciliten la normal integración social de esos miles de trabajadores y de sus familias, mediante el acceso al empleo -condición indispensable para su completa  integración- y a los servicios básicos en igualdad de derechos. Siempre en un ambiente festivo, los dos mil manifestantes -el doble que el año pasado- aprovecharon para pedir a la sociedad que tome la iniciativa en la lucha contra el  racismo, desmontando las coartadas y argumentos falsos sobre los que se apoya, extendiendo entre los ciudadanos, especialmente entre los más jóvenes, una conciencia solidaria, desterrando comportamientos y actitudes que, aunque de apariencia inofensiva, permiten la proliferación de sentimientos de rechazo. Juntos pero no revueltos Por segundo año consecutivo acudió a la manifestación, que partió de la explanada del puerto de la capital, recorrió el Paseo hasta la calle Navarro Rodrigo y volvió al Puerto por la Rambla, la plana mayor del PSOE, encabezados por el secretario general, Martín Soler y por el presidente, José Antonio Amate. A unos metros de distancia, con su propia pancarta, se encontraban los líderes de Izquierda Unida, el senador José Román y el portavoz en el Ayuntamiento, Diego Cervantes. Más atrás la dirección del PDNI y luego, diseminados, representantes de las asociaciones de vecinos y otros colectivos sociales de Almería. Mucho ruido hicieron los doscientos trabajadores interinos del SAS que se agruparon al final de la manifestación y durante todo el trayecto insistieron en la necesidad de conseguir un empleo estable. En los discursos finales, tanto el secretario provincial de Comisiones Obreras, Javier Ayestarán, como el de UGT, José Antonio Alfonso -lleva una semana en el cargo- recordaron a los dos últimos trabajadores fallecidos en accidente laboral “por la irresponsabilidad del empresario, más preocupado en ganar dinero que en la seguridad de sus trabajadores”. Asimismo, aseguraron que era el momento -a escasas horas de la cumbre del Euro- de situar el empleo y la protección social entre nuestras prioridades”. Insistieron en el rechazo al Plan de Acción de Empleo del PP y reivindicaron la jornada laboral de 35 horas, “necesaria para la creación de puestos de trabajo”. Otras reivindicaciones La manifestación del Primero de Mayo también fue aprovechada por UGT para reivindicar un tren moderno para Almería. Una gran pancarta, desplegada en medio de la manifestación, recordaba a las administraciones la necesidad de luchar por la conexión de la capital con elEuromed. Precisamente, el pasado jueves salía publicado en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía el concurso para adjudicar el estudio que indicará si es o no necesario. El contingente Otro de los elementos que fue objeto de crítica es el contingente de inmigrantes para el año actual en Almería. A juicio de los sindicatos el número de personas que podrán acogerse a él, algo más de dos mil, es claramente insuficiente. Finalizado el acto, en una barra de un bar improvisada en el puerto, los manifestantes que quedaron tras los discursos oficiales -muy largo el de Ayestarán e ininteligible el del nuevo secretario de UGT- tuvieron la oportunidad de  tomarse unas cervezas con habas y hacer de este día, como otros años, una verdadera fiesta para los trabajadores.

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