En las inmediaciones de la ciudad de Almería se estableció en 1885 un complejo industrial destinado a procesar la caña de azúcar que se cultivaba en la vega almeriense y cuyo promotor fue la Compañía Peninsular Azucarera. Sin embargo, la escasez de materia prima para abastecer el ingenio provocó su pronta paralización y su posterior adquisición en 1889 por Cumella y Cía., unos empresarios que le dieron un giro radical con el fin de fabricar azúcar a partir de la remolacha. Este cambio obligó a modificar la maquinaria, proporcionada por la compañía Fives Lille, que en aquel momento se encontraba trabajando para la Compañía de los Caminos de Hierro del Sur de España en la construcción del ferrocarril de Linares a Almería. Sin embargo, apenas un año después, el proyecto fracasó[1].
En 1895, la empresa Gómez, Sánchez y Caro, Sociedad Comanditaria compró el Ingenio Nuestra Señora de Montserrat y estableció una estrategia que creó una gran expectativa entre los agricultores, no solamente de la vega de Almería, sino de Fiñana, Abla, Abrucena y Guadix[2]. En el mes de julio de ese mismo año se inauguró la sección del ferrocarril entre Almería y Guadix con la circulación de los primeros trenes y se abrió la posibilidad de acceder a un transporte que redujera los costes de abastecimiento de remolacha y el embarque de los productos elaborados.
La fábrica, que se encontraba junto a la línea del ferrocarril minero de Sierra Alhamilla y a la de Linares a Almería, ocupaba una extensión de 13 hectáreas donde se concentraban los edificios para la maquinaria; los depósitos de mieles y azúcares no envasadas; los talleres de carpintería, forjado y herrería; almacenes de azúcar envasada; depósitos para la remolacha; tres silos para conservar y fermentar pulpas destinadas a alimentar al ganado; una caldera para la producción de ácido carbónico destinado a las operaciones de purificación y refino; dos tinglados para acoger unas 300 cabezas de ganado vacuno; pajares, depósito de agua y enfriadero para nuevo aprovechamiento y 21 casas para obreros[3], en definitiva, un verdadero complejo industrial totalmente equipado y moderno.
Los responsables de la fábrica no dejaron pasar mucho tiempo desde que entró en servicio la nueva línea ferroviaria y, el 4 de enero de 1896, presentaron para su aprobación en el Ministerio de Fomento un proyecto de ramal industrial, luego modificada su denominación como apartadero. Firmado por el ingeniero de caminos Enrique Latre, consistía en una vía que partía de una aguja de la línea principal, en el km 237,877 y a 20 m del paso a nivel de la carretera de Níjar, sentido Almería. Lo más curioso de esta derivación era que debía cruzar «a nivel el camino de hierro de Sierra Alhamilla» y, según se describe en la memoria del proyecto, «la travesía de este camino de hierro se hará por medio de los aparatos especiales que se usan para los cruces a nivel de dos vías férreas»[4]. Una vez atravesada esta vía, comenzaba a ascender con una rampa de 20 milésimas hasta alcanzar el interior de la fábrica, donde había dos cambios, uno para la vía de los vagones cargados de remolacha y otro para los vacíos. En la primera, se instaló una báscula destinada al pesaje del producto antes de descargarlo en la nave.
Con esta disposición, los trenes con los vagones cargados entraban a la fábrica con la locomotora en cabeza, en el caso de proceder de Almería, debiendo maniobrar en el interior para dejarlos estacionados y poder salir la máquina aislada, mientras que si el origen era del lado Guadix, una vez librado el cambio que daba acceso, retrocedía para dejar el material al final de la horizontal o vía de mango. Dicho cambio estaba vigilado y maniobrado por el guarda del paso a nivel de la carretera de Níjar, cuya caseta distaba unos 15 m. El movimiento de los vagones dentro del Ingenio se hacía mediante fuerza animal.

Este apartadero tuvo una vida efímera, al igual que la propia industria a la que sirvió, ya que la fábrica paralizó su actividad a finales de 1904. La Sociedad Azucarera de España, constituida en 1903, se hizo cargo de 57 factorías de toda España[5], entre las que se encontraba el Ingenio, lo que supuso que primaran sus intereses económicos al tomar la decisión de concentrar la producción de remolacha para su molienda en la fábrica San Torcuato de Guadix. Sin embargo, a pesar de no tener ninguna actividad, el apartadero siguió utilizándose para cargar la remolacha que entregaban los agricultores de la vega almeriense con destino a la azucarera accitana[6].
No tenemos datos de las toneladas que se pudieron transportar por ferrocarril durante los años de funcionamiento, aunque sí del volumen de las distintas campañas, tanto de remolacha procesada como del azúcar obtenido. Debemos tener en cuenta que solamente llegarían al apartadero aquellas cargas de lugares más lejanos, como Abla, Fiñana, Abrucena o Guadix, mientras las procedentes de la vega de Almería lo harían en carros. Así pues, en términos generales, entre los años 1899 y 1905, se recibieron en el Ingenio 74 208 Tn de remolacha que produjeron 8075 Tn de azúcar[7]. A todo esto, habría que añadir lo que pudo haberse cargado cuando ya no funcionaba la fábrica, pero se seguían enviando vagones con remolacha desde el apartadero a la citada azucarera de San Torcuato.
Debido a la inactividad de la factoría y su utilización como prisión durante la Guerra Civil y en los primeros años de la posguerra, la vía del apartadero fue desmantelada al caer en desuso, aunque tuvo una segunda oportunidad cuando, en 1944, la empresa Productos Químicos Ibéricos, S.A. adquirió los terrenos del antiguo Ingenio para la instalación de una fábrica de fertilizantes y proyectó una vía de uso particular hasta la industria.
Autor: ANTONIO AGUILERA CANTÓN
[1] GÓMEZ DÍAZ, Donato: «Tendencias económicas y empresariales de la producción azucarera en la provincia de Almería, siglos XVI-XX», Paralelo 37, número 14-15, 1991/92, pp. 69-92.
[2] Ibídem p. 74
[3] Ibídem, p. 81
[4] «Proyecto de un ramal industrial en el Ingenio de Nuestra Señora de Montserrat, en el km 237,877 del replanteo aprobado de la línea de Linares a Almería». Almería, 4 de enero de 1896, AHF, A-0045-0007.
[5] LARA RAMOS, Antonio: Comunicaciones y desarrollo económico: Ferrocarril y azúcar en la comarca de Guadix. Su repercusión económica (1850-1910), pp. 226, Granada, Universidad de Granada, 1995.
[6] El Radical, 25 de enero de 1912.
[7] DONOSO, Antonio Miguel: «Desenvolvimiento de la industria azucarera en España y en especial las fábricas de azúcar de remolacha, desde 1899 hasta 1911», pp. 4, Madrid, 1912. Sucesores de J.A. García. Ministerio de Fomento. Dirección General de Comercio y Trabajo.