LA MINERÍA EN OLULA DE CASTRO Y EL CABLE AÉREO HASTA FUENTE SANTA

INTRODUCCIÓN

Olula de Castro es un pequeño municipio almeriense, con apenas unas decenas de habitantes, situado en la ladera sur de la Sierra de los Filabres (Fig. 1). A principios del siglo XX tuvo lugar, en algunos de sus parajes más abruptos, el desarrollo de un interesante episodio de explotación de mineral de hierro. Algunas de sus instalaciones más destacadas han perdurado hasta nuestros días en forma de patrimonio industrial.

Simplificando mucho, conforme se avanza dentro de la segunda mitad del siglo XIX la minería del hierro va a tomar el relevo de la del plomo en la provincia de Almería. Con un precio unitario por tonelada sensiblemente inferior al del plomo, la eficiencia en el transporte se va a convertir en una variable fundamental para conseguir un mínimo de rentabilidad. Se hacen necesarios medios complejos para mover grandes cantidades de mineral a distancias considerables, y precios lo más ajustados posible. Ya no bastan los carruajes, las mulas y los rudimentarios hornos artesanales.

Habida cuenta del carácter foráneo de la demanda de minerales, el factor decisivo, además de la riqueza de los criaderos, va a ser la cercanía al mar o a algún medio de transporte que permita el acceso a un embarcadero. Otra consecuencia de este cambio de paradigma es la exigencia de grandes capitales, lo que va a abrir las puertas a numerosas sociedades mercantiles, tanto españolas como extranjeras, que van a sembrar toda la provincia de ferrocarriles, cables aéreos, tolvas, planos inclinados, etcétera…

Cuando empieza a despuntar la minería del hierro en Olula de Castro, ésta ya se encontraba plenamente consolidada en otras zonas de la provincia, incluso en algunas  de ellas muy próximas. En ambos extremos de Sierra Alhamilla se habían construido sendos ferrocarriles (Lucainena a Aguamarga y El Chorrillo a Almería). En Gérgal, un ramal ferroviario conectaba la estación de carga de Cruz de Mayo con la línea férrea Linares-Almería, cerca de las Alcubillas. Por su parte, la Sociedad Minera Cordobesa de Sierra Alhamilla había desarrollado un complejo sistema de planos inclinados, vías mineras y un cable aéreo para llevar la producción de los cotos de los Calares y el Colativí hasta la playa de Casas Fuertes.

 

HIERROS DE OLULA S.A.

Hacia 1889 se inicia un primer periodo de explotación de la minería del hierro en Olula de Castro en el que tiene un lugar destacado John (o Juan) Morison (o Murison, o Morrison), con 32 minas. También, se puede constatar la presencia entre 1898 y 1904 de Thomas Morell y su grupo de empresas en este coto minero, merced a la aparición de sus agentes habituales (John Braik y Karl Bahlsen, este último célebre constructor de diferentes cables aéreos en la provincia de Almería). Cabe la duda de si la presencia de Morell se prolongó antes y después de este período por medio de su también representante John Morison que, como vimos, fue el mayor registrador de minas del coto, entre 1889 y 1911 o bien, la intervención de este fue a título individual. Esta simultaneidad de los roles de titular y representante era una práctica muy común en la minería de la época.

La figura de Morell merece un comentario aparte. Propietario de minas de carbón y embarcadero en Cardiff, Gales, así como de una flota de 32 vapores1, se mostró muy activo arrendando minas de hierro en la falda sur de los Filabres y en Sierra Alhamilla a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. La inversión realizada fue muy importante, construyendo cables aéreos en Gérgal, Escúllar y Nacimiento, y un ramal ferroviario de vía ancha de 7 kilómetros de longitud entre el paraje Cruz de Mayo (en  las inmediaciones del pueblo de Gérgal) y la estación de la línea Linares-Almería, en las Alcubillas. Otra subsidiaria de Morell Brothers, la compañía conjunta de Thomas y su hermano Ralph Elliot, fue la Almería Iron Ore Company, que explotaba las minas de Baños y Alfaro en 1903.

Continuando con su proceso de expansión, que la llevó a ser la mayor productora de la comarca, en mayo de 1905 The Gergal Railway adquiere el ferrocarril de los Baños de Sierra  Alhamilla  a  Almería  a  la  compañía   The  Almería  and  Alhamilla. Como representantes de ambas compañías intervienen dos viejos conocidos de la minería olulense, Juan Braik y Juan Morrison respectivamente2.

Pero es a lo largo de la década de 1910 cuando va a tener lugar la activación a gran escala de la minería del hierro en Olula de Castro, de la mano de la sociedad Hierros de Olula S.A., construyéndose una serie de instalaciones que han perdurado hasta nuestros días como testimonio de una época de actividad tan intensa como efímera.

Hornos de calcinación, y tolva de carga del cable aéreo hasta Fuente Santa
Vista general de los restos de las instalaciones de carga del cable aéreo de Fuente Santa.

En 1911 se funda la compañía, con un capital social de 1.000.000 pesetas dividido en 1.000 acciones, y domiciliada en el número 4 de la madrileña calle de Valenzuela4. Constituida por Manuel López de Tejada, Francisco Alcaraz y Fernando del Corral, su objeto social era la explotación de las minas de hierro de Olula de Castro (Almería) que aportaban Manuel Bru del Hierro y Francisco Alcaraz Jaén. Como Presidente del Consejo de Administración figuraba Eduardo Weibel, y como vocales el Marqués de Prado-Ameno, William Michaud, Félix Weydmann, y los citados Bru y Alcaraz. 

Para encontrar referencias a la sociedad Hierros de Olula hay que acudir a las obras de dos autores, Pérez de Perceval-Verde por un lado, y Núnez-Romero Balmas y  Castellano por otro.

El primero de los autores citados5 sitúa a la compañía como la continuación de aquellas otras que la precedieron en la comarca. Tal y como se vio con anterioridad, Gergal Railway fue la empresa pionera en la explotación de mineral de hierro en Olula de Castro, si bien con un nivel de actividad sensiblemente inferior a aquel con el que operó en otras zonas cercanas. Hacia 1910 la empresa de los Morell sucumbe ante su gran competidora, The Soria Mining Co. Ltd, que también operaba en la zona de Gérgal, traspasándole todos sus negocios mineros, a cambio de 50.000 libras esterlinas. La presencia de esta empresa en Olula fue, no obstante, muy efímera, y Pérez de Perceval fija en 1911 el momento en que Soria Mining vuelve a traspasar sus minas, a su vez, a  la recién creada sociedad Hierros de Olula S.A., atribuyéndole a esta última “capital hispano-francés. Sin embargo, un documento hallado en el AHPA cuestiona esta cronología de los hechos. El expediente de la mina El Colegio de Jesús (nº 18.740)6, en cuyos terrenos iba a edificarse posteriormente el grueso de las instalaciones de Hierros de Olula, incluye una solicitud a la Jefatura de Minas de Almería, firmada por Chris Rowell, fechada el 17 de agosto de 1912 en la capital. En dicho oficio reclama, en representación de The Soria Mining Co. Ltd., la expedición de una copia del título de propiedad de dicha mina, que la tenía arrendada a su propietario D. Juan Espinosa, por extravío.

El misterio se acrecienta con la aparición de otro ingeniero de minas inglés, Ernest Oughton, del que se han localizado varios protocolos notariales en el Distrito de Gérgal7 en los que interviene como adquirente o arrendatario de terrenos por los que iba a discurrir el cable aéreo entre Olula de Castro y Fuente Santa. Según las actas del North England Institute of Mining and Mechanical Engineers8,  hacia 1911 Mr. Oughton ejercía como gerente de “Minas de Soria” (sic) en Almería, España. Evidentemente, cabe la posibilidad de que, al igual que hizo Pablo Fábrega, Oughton hubiera cambiado de empresa, pero lo más sorprendente es que en todas las escrituras actúa por sí mismo, nunca como apoderado o representante de ninguna compañía.

La única forma de despejar estas incógnitas sería la localización de los documentos de traspaso de las distintas concesiones mineras entre las distintas compañías, lo que era práctica administrativa habitual. No obstante, revisados los expedientes de las minas más importantes (Conchita, Dantón, El Colegio de Jesús, La Bohemia, Mi Rafael, Mefistófeles, Segundo Pompeyo, Sanopies o Número Cuatro, entre otras), no ha podido encontrarse documento alguno de esta naturaleza, más allá de los primitivos registros  del siglo XIX. Por su parte, Núñez Romero-Balmas y Castellano la vinculan con el incipiente grupo empresarial articulado en torno al zaragozano Nicolás de Escoriaza, al que denominan “Canalejas 3”, por el edificio en el que se ubicaban gran parte de sus empresas. El nexo de unión de Hierros de Olula con dicho grupo serían, para estos autores, los ingenieros  y financieros suizos Weibel y Weydmann, presentes igualmente en numerosos y variados proyectos empresariales en España desde que en 1898 aparecen en la Sociedad Española del Acumulador TUDOR. Sin embargo, aunque Núñez Romero-Balmas da  por hecho que Escoriaza, fundador de los Tranvías de Granada (TEGSA), y el tándem Weibel-Weydmann se conocían desde finales del siglo XIX, no fue hasta 1914 cuando estos se incorporan al Consejo de Administración de TEGSA. Algo más concreta es la referencia a la participación del Banco Hispano Suizo para las Empresas Eléctricas,  este sí claramente vinculado al Grupo Canalejas 3, en Hierros de Olula y en la Azucarera de Adra. Sin embargo, habida cuenta de que la creación del Banco no tiene lugar hasta 1920, carecemos de datos para confirmar que la creación de la sociedad minera estuviera ligada desde el principio a ese grupo empresarial y, a través de él, a otras redes internacionales de las que Weibel y Weydmann fuesen los representantes locales.

El hallazgo de un protocolo notarial en el AHPA, en el que consta el arrendamiento de varias fincas rústicas por la sociedad Hierros de Olula S.A. en el paraje de la Balsilla, nos ha proporcionado nuevos datos sobre la misma. El 8 de junio de 1912, ante el  notario de Gérgal José Alonso y López, comparecen Pedro Antonio Espinar Martínez y Francisco Alcaraz y Jaén, ingeniero, actuando este último como apoderado de Hierros de Olula S.A. De la información del poder se desprende que la creación de la sociedad tuvo lugar el 3 de junio de 1911, ante el notario de Madrid Álvarez Cueva. El poder está otorgado en sesión del Consejo de Administración del 22 de octubre de ese mismo año en el que ya no aparece como presidente Eduardo Weibel, sino Carlos María Mazorra y Ortiz, Marqués de Prado Ameno.

En definitiva, y a falta de informaciones más detalladas, no nos aventuramos a confirmar la supuesta pertenencia al grupo de empresas de Escoriaza y, en caso de existir, no parece que alcanzara al origen de la sociedad Hierros de Olula S.A., sino a algún momento posterior de su existencia, pues los nombres que aparecen en su constitución no coinciden con la larga lista de intervinientes en las empresas del grupo Canalejas 3.

 

LA EXPLOTACIÓN A GRAN ESCALA

La principal fuente de información sobre la forma en que se llevó a cabo la explotación minera de los criaderos olulenses es la magna obra de los ingenieros Guardiola y Sierra sobre los Criaderos de Hierro de España, que dedica a Olula de Castro las páginas 251 a 262 del segundo tomo (Almería y Granada). Publicada en 1926, algunos años después del cese de la actividad, nos aporta datos esenciales para comprender la forma como se acometió la gran tarea de extraer y dar salida al mineral en uno de los parajes más abruptos y peor comunicados de la provincia.

Si veíamos con anterioridad que otros estudiosos dividían los filones en dos grandes bloques (el de poniente y el grupo de los de levante), Guardiola y Sierra añaden a ellos una nueva división, la de las zonas norte, central y sur. De entrada, nos dicen que la septentrional (entre la Rambla del Tallón y las cumbres de Filabres) en ningún momento llegó a ser explotada, ni tan siquiera reconocida. La zona central se agrupa en torno al paraje de la Balsilla de Olula, y sus principales concesiones serían Mi Rafael (antigua Cristina) y Conchita (antigua La Fraila). Por último, la zona sur a ambos lados del Arroyo Verdelecho sería donde se situaran las principales instalaciones de carga y tratamiento del mineral.

Para dar salida a la producción de sus minas, Hierros de Olula hubo de efectuar una considerable inversión en infraestructuras de transporte. Las previsiones del negocio debían ser muy optimistas, pues la compañía optó por invertir en medios propios, pese a que por aquél entonces se estaba proyectando la construcción de un ferrocarril desde los ricos cotos de Bacares hasta un embarcadero en Almería, sin tener que depender del deficiente servicio de la Compañía de Ferrocarriles del Sur de España. El trazado de la nueva vía férrea prevista por la sociedad Exploradora de Minas atravesaba  precisamente el término de Olula de Castro, coincidiendo prácticamente con el filón a poniente del Arroyo Verdelecho9.

Hierros de Olula optó por construir su propio cable aéreo que, partiendo de una terminal de carga en los terrenos de la concesión Segundo Pompeyo, atravesaba el Arroyo Verdelecho y giraba en una estación de ángulo, dotada de otra tolva de  carga  de mineral, enfilando hacia su final en la tolva de descarga de la estación de Fuente Santa, en la línea férrea de Linares a Almería.

La estación de carga de Segundo Pompeyo únicamente recogía los minerales del pozo que se encontraba justo al lado de ella, y que había sido el pionero en la llegada de compañías foráneas a este coto minero. Situada en una pequeña meseta en un paraje desolado junto al arroyo Raspador, en torno a la estación se estableció un pequeño poblado minero, alejado de cualquier núcleo de población, que mantuvo una frenética actividad durante unos pocos años.

Por su parte, en torno a la estación de ángulo se estableció un punto de recogida de minerales procedentes de puntos más distantes. Allí confluían, en primer lugar, los hematites de la zona central, que llegaban a lomos de bestias a través del cauce superior del Arroyo Verdelecho, una vez atravesado el gran plano inclinado de Conchita.

Lo extravagante del trayecto obedecía a que las labores de la zona central (trancada de Conchita y galería San Francisco) se encontraban a una cota inferior a la terminal de carga de Segundo Pompeyo. En segundo lugar, llegaban igualmente a través de bestias los minerales extraídos de la galería Patrocinio (concesiones Los Gemelos y Sanopies), también de la zona central, pero de uno de los filones de levante. Por último, y justo al lado de la gran tolva, se situaba la galería Amalio, que seguía un filón en dirección  norte, internándose en terrenos de la concesión El Colegio de Jesús.

Justo por encima de la tolva de la estación de ángulo se construyeron tres hornos de calcinación, de idéntica factura de los de otras empresas coetáneas, como los de la Compañía Minera de Sierra Alhamilla en Lucainena de las Torres o los de la Sociedad Minera de Sierra Almagro en Cuevas del Almanzora (Los Tres Pacos). La justificación de los mismos estaría en que, a diferencia del resto de filones, en los que los minerales de hierro eran óxidos puros, en la galería Amalio se obtenían carbonatos. Guardiola y Sierra sostienen que dichos hornos no llegaron a utilizarse, pues cuando estaban siendo instalados se paralizaron definitivamente los trabajos mineros. Esta afirmación puede ponerse en cuestión con la mera visita al complejo, que más de un siglo después desprende un inequívoco olor a azufre, pudiendo observarse numerosas escombreras  con residuos de la tostación de mineral. Además, en una ocasión tuvo lugar un incendio en uno de los hornos.

De la descripción de las instalaciones entendemos que, básicamente, el mayor reto para la explotación rentable del criadero era integrar en un sistema eficiente de transporte unas labores que se encontraban relativamente dispersas, a causa la propia naturaleza y ubicación de unos filones que, de por sí, no eran excepcionalmente ricos. Probablemente, la solución técnica adoptada no fue la idónea, condicionando ya a priori el éxito del proyecto. El punto débil del circuito parece ser el excesivo número de transbordos que debía sufrir el mineral extraído en las minas de la parte central, en su camino hasta el cable aéreo, y el rudimentario recurso al transporte en carros o bestias. Incluso el tramo en el que se recurrió a un plano inclinado (de la galería Conchita al Arroyo Verdelecho), adolecía de una deficiente configuración. Así, y aunque no se cite en las fuentes consultadas, realmente se trata de dos planos inclinados consecutivos, uno inicial de trayectoria ascendente, y otro final de trayectoria descendente. Es decir, por ahorrarse la elevación del mineral directamente entre Conchita y Segundo Pompeyo se incurrió en un absurdo periplo que ni siquiera estaba exento de un tramo en que también era necesario consumir energía para elevar la pesada carga.

En apoyo de esta tesis, nos encontramos la mención a la intención de la compañía de efectuar diferentes labores encaminadas a unir los diferentes puntos de explotación. Así, se pensaba continuar la galería Amalio hacia el norte, y la galería Patrocinio hacia el  sur, para unirlas por pozos de carga (ya que se encontraban a diferente nivel), sacando los minerales por la primera hasta la tolva de ángulo. Incluso, se planteó unir la zona de poniente con la de levante, para que los minerales de las galerías San Francisco y Conchita acabaran desembocando también en Amalio, evitando los ineficientes transbordos.

Cabría argumentar que las deficiencias del sistema de transporte no eran tales, sino que faltó tiempo para completarlo con las prolongaciones mencionadas, pero esta postura no se sostendría, porque en tal caso no se hubiera construido el enorme (y muy costoso) plano inclinado de Conchita.

 

EL CABLE AÉREO

Por sus especiales connotaciones, el cable aéreo es sin lugar a dudas la obra más emblemática de toda la historia minera de Olula de Castro.

En el AHPA se conserva la Memoria original del Cable (Fig. 3)10, además del plano de un paso elevado sobre la carretera de Gérgal a Almería, y los cálculos de resistencia de este último. No hay, sin embargo, ni rastro del proyecto en sí, en especial de los planos de perfil y alzada, como sí ocurre en el caso del cable de Cerro Enmedio a Gérgal-Cruz de Mayo.

La Memoria, atribuida a Francisco Pintado (Ingeniero de Minas) describe el Cable  como del tipo Bleichert, con dos cables portadores y otro cable carril. La capacidad de transporte es de 50 toneladas/hora. Con una longitud de 12.065 metros, se inicia en la estación situada en la concesión Segundo Pompeyo, enfilando un tramo de 925 metros hasta una estación de ángulo dotada de otra tolva en el paraje Torilillo, y de ahí finalmente hasta la estación de descarga de Fuente Santa. La diferencia de altura que salva es de 350 metros, insuficiente para que la caída pudiera aprovecharse de la gravedad para ser automotor, por lo que era necesaria la instalación de un “motor de 25 caballos de fuerza”. Las vagonetas pueden cargar hasta 450 kilogramos, y circularían a intervalos de 32 segundos, a una distancia de 85 metros, lo que redundaría en una posibilidad de cargar hasta 50 toneladas a la hora. Para las comunicaciones se proyecta también una instalación telefónica, paralela al Cable.

Curiosamente, Guardiola y Sierra (1926, pág. 259) aportan más datos que la propia Memoria. Detallan que los castilletes eran del tipo metálico y que la tolva de descarga tenía una capacidad de 7-8 mil toneladas, pudiendo cargar mil toneladas en vagones del ferrocarril en 3 horas. También cifran el coste del mismo en 1.320.000 pesetas, resultando un coste por kilómetro de 104.400 pesetas, “exagerado para un transporte semejante”.

Se desconoce la fecha exacta de la puesta en marcha del Cable. La declaración de utilidad pública, necesaria para la expropiación de los terrenos, había sido firmada por  el Gobernador Civil de Almería el 8 de noviembre de 191311. En junio de 1914 una Real Orden autoriza a Hierros de Olula la construcción de una tolva de descarga de minerales y cuatro vías de apartadero en la estación de Fuente Santa12.

 

En la Estadística Minera y Metalúrgica de España de 1914 aparece el Cable como ya construido, si bien funcionando solamente a partir de final de año, transportando  durante ese período 9.111 toneladas de mineral. También se señala que el coste del transporte desde las minas a la vía férrea, sin contar amortización, ascendía a 65 céntimos de peseta por tonelada. Un dato igualmente interesante es la capacidad del cable de subir a las minas 1,5 toneladas de mercancías, intercalando algunas vagonetas cargadas entre las que volvían vacías. Sin duda, dado lo escarpado del paraje donde se ubicaba la estación término, esa sería la forma de hacer llegar el carbón a la máquina de vapor.

A pesar de lo claramente establecido que ha quedado el trazado del Cable, las dos  únicas publicaciones que han hecho referencia al mismo lo dibujan erróneamente. Ruiz  y Muñoz (2004, pág. 34) elaboran una reconstrucción idealizada del complejo del Arroyo Verdelecho, apareciendo la tolva de dicho paraje como inicio del trayecto, tal y como se aprecia en la Fig. 4.

En realidad, el cable a la izquierda de la figura sería el procedente de Segundo Pompeyo (oeste), girando detrás de la tolva, pero no en la misma dirección y en sentido opuesto, sino en dirección suroeste, hacia Fuente Santa.

Por su parte, en Gómez y Coves (2000, pág. 24) aparece un mapa en el que también se omite el tramo de Segundo Pompeyo a la tolva del Arroyo Verdelecho. Algunas otras interpretaciones que se han formulado (www.mining-andaluz.de http://www.euroferroviarios.net/) sugieren que, desde esta tolva, el trazado no era completamente recto, sino que zigzagueaba hasta su destino. Estas teorías chocan con la práctica de este tipo de infraestructuras. Los únicos giros en el plano horizontal tenían lugar en las estaciones de ángulo, nunca en los castilletes (Fig. 5). Sí que se adaptaban los funiculares o cables aéreros al terreno en el plano vertical, pudiendo subir y bajar puntualmente de altura algunos castilletes.

Una última consideración, que acrecienta el halo de misterio en torno a este Cable  Aéreo en particular, y a las minas de Olula de Castro en general, es la ausencia de fotografías de su construcción o en funcionamiento, a diferencia de lo que ocurre con la práctica totalidad de las numerosas instalaciones similares que hubo durante esa época a lo largo de toda la provincia. Al menos, no tenemos constancia de su existencia, y el posible hallazgo de cualquier testimonio gráfico podría considerarse un hecho de gran relevancia.

 

Infografía de Ebo Hellermann sobre la instalación de descarga en la estación de  Fuente Santa, línea del ferrocarril de Linares a Almería.

 

CONTEXTO ECONÓMICO, CRISIS Y CESE DE ACTIVIDAD

A finales de 1913, la empresa minera recién creada comienza su actividad propiamente dicha con una inversión desorbitada, en una localización lejana a los puntos de embarque, y con una adaptación de las instalaciones al terreno manifiestamente mejorable. Pero, ¿cuáles eran las circunstancias económicas del momento?

Siguiendo a Sánchez Picón (1992, págs. 433-472), justamente en 1914 estaba tocando a su fin el ciclo expansivo de la minería del hierro en Almería. Es entonces cuando, con el estallido de la Primera Guerra Mundial, se cierra el mercado alemán y se encarecen los fletes marítimos. Las minas peor situadas, además, incrementarían los gastos de explotación por el encarecimiento del carbón. A finales de 1914 sólo se trabajaba en   el sector Serón-Bacares. En la compañía Hierros de Olula se contabilizan ya 250 mineros desempleados13. Sin embargo, lo peor para los balances de las empresas mineras estaba por llegar. Por el lado de la demanda, los altos hornos fueron, progresivamente, reduciéndose en número  y modificando sus procesos tecnológicos, pasando a admitir minerales fosforosos como los suecos o los norteamericanos, deteriorándose así la ventaja competitiva de los minerales almerienses. Por el lado de la oferta, los costes de producción se incrementaron sensiblemente, principalmente en lo que respecta al precio del carbón y  al aumento de los salarios, fruto tanto de la introducción de una legislación laboral en el ramo de la minería como de los primeros síntomas de organización obrera en los distritos almerienses.

Con todos estos ingredientes, la vida de Hierros de Olula S.A. estaba condenada a ser efímera. A través de Guardiola y Sierra (1926, págs 261-262). , disponemos de las cifras de producción genérica de “las minas de Olula” entre 1914 y 1920 (Tabla II). La Estadística Minera y Metalúrgica únicamente recoge las toneladas de mineral transportadas por el Ferrocarril de Linares a Almería desde la Estación de Fuente Santa entre 1916 y 1920, coincidiendo en dicho período con las cantidades recogidas por los citados autores. No se detalla si todo el mineral transportado lo era de Hierros de Olula, o si el Cable dio servicio a otras minas. Destaca el máximo alcanzado en 1915, cayendo en picado a partir de 1917, hasta desaparecer a partir de 1920. A fin de poner la cifra en perspectiva, incluimos también la cifra correspondiente a las estaciones de Doña María (Cable de Beires) y Gérgal-Cruz de Mayo (Cables de Cerro Enmedio y Minas de Soria), entre 1916 y 1920.

Precisamente, en 1915, la mina individual que consumió la cifra más alta de explosivos de toda la provincia fue Segundo Pompeyo, con 5.480 kilogramos, mientras que Conchita hizo uso de 2.105 kilogramos, en lo que, sin duda, constituyó todo un hito de la minería olulense14.

Lamentablemente, el pico de producción va a tener lugar en un momento en el cual ni siquiera el transporte a los centros de demanda estaba garantizado. La falta de carbón llevaba a las compañías ferroviarias a suspender en ocasiones el servicio. En otras, el mineral se acumulaba en los puertos por falta de barcos para transportarlo. Lo mismo sucedía con las exportaciones de productos perecederos, como la uva. La situación llegó al extremo de convocarse en Almería, con amplio seguimiento, un cierre general de comercios y centros educativos para el 20 denoviembre de 191715.

Ya desde el principio debieron ser evidentes las dificultades de la empresa y así, en 1916, Hierros de Olula anuncia la emisión de 800.000 pesetas en obligaciones.  Acuciada por unos costes de transporte ya de por sí superiores a la media del sector, y  en un momento de dificultades de comercialización de sus existencias, el gran incremento de la producción debió producir el efecto de acentuar las pérdidas de la empresa.

En 1918, ya en pleno proceso de desplome de la actividad, comienza el traspaso progresivo de trabajadores a The Soria Mining16.

La declaración oficial de quiebra tiene lugar el 1 de junio de 1923, ante el Juzgado de Primera Instancia del Distrito de Buenavista de Madrid. Curiosamente, la vida de la empresa continúa, al menos, hasta 1930, pues el 7/11/1930 un empleado de Hierros de Olula17 denuncia el robo de seis carros de mineral de hierro, que se encontraba  pendiente de su transporte a Almería. Ya antes, en 1927, habían sido denunciados robos diversos en el Cable Aéreo que, aunque no se encontraba ya en funcionamiento, al menos se pretendía mantenerlo en buen estado de conservación.

Como colofón del largo proceso de quiebra legal, el 29 de mayo de 1931 sale a subasta judicial el Cable Aéreo, por tercera vez, y ya sin importe de salida. En la segunda subasta se había fijado como tipo la cifra de 450.000 pesetas.

En esta ocasión sí debió ser vendido, pero no parece que fuera su última transacción. Se ha comprobado que en el portal de Internet dedicado a la venta de documentos antiguos todocolección.net se ofrece un contrato original de compraventa del Cable Aéreo de Olula a Fuente Santa y de materiales vinculados al mismo, en algún momento de los años 40 (la imagen es casi ilegible), pudiendo leerse en el mismo que el cable se encontraba “en perfecto estado de funcionamiento”.

1  Pérez de Perceval-Verde, 1989, págs. 221 a 225.

2  Coves Navarro y Gómez Martínez, 2000, pág. 1061       

4  Revista Minera, 1911 (nº 62)

5  Pérez de Perceval-Verde, 1989, pág. 225

6   AHPA. Signatura 16790-17895.

7   AHPA.  Protocolos Notariales.  Notarios de  Gérgal  (1911-1912).  Signaturas P-10972, P-10973  y P-1077.

8   En:      https://archive.org/stream/transactions62nort/transactions62nort_djvu.txt

9       Fábrega, 1909, tomo II, pág. 286

10     AHPA. Signatura 1948-684

11    BOP. Almería. 10/11/1913.

12  Diario La Independencia Almería . 23/06/1914 

13   Revista Minera, nº 65, pág. 501

14  Estadística Minera de España. 1915. pág. 98. También aparece el consumo de metros de mecha de Segundo Pompeyo y Conchita, que ascendieron a 26.000 y 10.200 respectivamente, así como de cápsulas, con 40.800 y 14.000 respectivamente

15   La Independencia. Almería.20/11/1917, pág. 2.

16   La Independencia. Almería. 21/04/1918.

17   Diario de Almería. 07/11/1930.

AUTOR: Mario LÓPEZ MARTÍNEZ

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