Esto no tiene arreglo. A punto de entrar en la segunda década del siglo XXI, que no XIX , y nuestra Renfe de siempre nos va a ofrecer para ir a Granada y a Sevilla unos horarios de los de antes: casi dos horas y media al primer destino y casi seis horas para el segundo. Eso sí, con unos nuevos trenes regionales que ni te cuento. Lo que más me intriga es saber si alguna autoridad se atreverá a venir a Almería para bendecir el nuevo material, porque no se qué milonga le va a contar a los medios de comunicación.
Por esta tierra ya estamos acostumbrados a todo esto y no nos va a sorprender, pero tampoco podemos callarnos. No es de recibo que nos digan que vamos a dar un salto cualitativo en las comunicaciones con el AVE, pues todavía quedan años para que sea una realidad, mientras en lo más básico, en lo que realmente afecta al ciudadano de a pie, o sea, el tren que tenemos ahora, no solamente no reduce sus tiempos de viaje, sino que aumentan entre 5 y 12 minutos a Granada y entre 6 y 18 minutos a Sevilla..
La falta de previsión en la mejora de la red convencional, esas obras que con pequeñas inversiones incrementan sustancialmente la calidad del servicio (más velocidad, seguridad y confort), es lo que nos ha llevado a esta situación. Está muy bien planificar una nueva vía de alta velocidad con Granada, pero mientras tanto, ¿qué hacemos? Está claro, habría que abordar una renovación urgente de la vía convencional en aquellos tramos donde peor esté para que, entonces sí, circulen nuevos trenes y se acorten los tiempos de viaje. Desde 1987, fecha en la que se hizo la variante de Nacimiento, no se ha ejecutado una actuación similar en toda la línea que llega a Granada y la situación de esta infraestructura requiere una intervención inmediata.
Hace varios años, cuando la entonces Ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, estuvo en Almería presentando los trenes 598, los que hasta ahora circulan, se deshacía en elogios con el sistema de basculación activa que incorporaban, ya que podían aumentar sustancialmente la velocidad en un trazado antiguo y sinuoso como el nuestro. Entonces, ¿a qué viene cambiarlos si no se ha mejorado la vía y los nuevos 599 no llevan basculación?
Jesús Martínez Capel
Presidente de ASAFAL