Recientemente se ha cumplido el centenario de la llegada de Alfredo Velasco Sotillos a la Dirección General de la Sociedad Anónima Tranvías Eléctricos de Granada. Este empresario e ingeniero que permaneció en dicho cargo un cuarto de siglo, fue una de las figuras más importantes de la vida empresarial y social granadina donde llegó a ser Presidente efectivo y más tarde Presidente de Honor de la Cámara de Comercio entre otros cargos.
Velasco, sustituye el 12 de Julio de 1908 en la Dirección General de Tranvías a Nicolás de Escoriaza y Fabro quien junto a varios familiares y otros empresarios zaragozanos habían fundado la Compañía en 1903 para comenzar la actividad tranviaria en Granada el 7 de Julio de 1904 fecha de inauguración de la primera línea urbana en nuestra Ciudad. Dicha sustitución se justificó por la empresa en razón de que dicho cargo necesitaba una residencia efectiva y continuada en Granada.
Nacido en Madrid en 1872, ingresa en la milicia y sirve en el arma de Ingenieros, participa en la guerra de Cuba; experto en ferrocarriles, con el grado de Capitán vuelve a la Península donde entra en contacto con Escoriaza, y por lo que podemos apreciar en los comienzos de la Empresa, era hombre de su confianza. Una vez nombrado Velasco, Escoriaza seguía teniendo gran poder en la Empresa hasta que la misma se “granadiniza” totalmente varios años después a la vez que crecía la figura de Velasco.
Su labor en Tranvías es ingente, tras la terminación de las líneas urbanas, acomete la construcción de las interurbanas empezando por la línea de Gabia la Grande, (y ello, aprovechando la urbana ya instalada hasta la Azucarera de Santa Juliana) y en los tempranos planes de la Compañía de unir la Capital con su puerto natural (Motril).
El día 2 de Abril de 1910 el tranvía llega a Armilla tras arduo trabajo de la Empresa, tanto material como administrativo y de gestión, y con enormes apoyos de su Ayuntamiento Constitucional y de su Alcalde Vicente Machado Toro. Días antes de su inauguración, el Ayuntamiento de Armilla acuerda dedicar una calle de la localidad a Alfredo Velasco el cual en un gesto de humildad que le honra declina amablemente este acuerdo mediante la siguiente carta manuscrita:
“Agradeciendo muchísimo la distinción con que me honra esa Corporación tan dignamente presidida por VS, me permito dirigirle un ruego a fin de que no se ponga mi nombre a calle alguna por considerar ese honor inmerecido por mi parte, pues sólo la feliz casualidad ha hecho que el cumplimiento de un deber haya beneficiado a esa población lo cual es ya bastante recompensa a nuestro trabajo.
Dios guarde a V.S. m. a.
Granada 25 de Marzo de 1910
Alfredo Velasco Sotillos (firmado y rubricado)”.
Naturalmente el Ayuntamiento respetó entonces los deseos de Velasco, pero con posterioridad éste adquiere nuevos méritos, ya que culminó la construcción de la líneas nº 4 (Gabia), la nº 1 (Granada-Dúrcal) y aún después, el “Cable” aéreo Durcal-Motril, todo ello con un empuje inestimable que multiplicó la actividad tranviaria en Armilla y por ende, su desarrollo como primera estación de las citadas líneas, por lo que parece apropiado que el Ayuntamiento de Armilla debería dedicarle por fin esa calle, y no ya por la llegada del tranvía a Armilla en 1910 (Velasco así lo quiso), sino por la ingente construcción y actividad tranviaria ulterior que tanto benefició a esta población que pasó a ser la localidad mejor comunicada con la Capital, y porque es evidente que unas buenas comunicaciones siempre han sido (como en este caso) motor de desarrollo.
Estimamos de justicia la dedicación de una calle o plaza en Armilla, como también lo estimamos en las ciudades de Granada y Motril (entre otras), por razones similares; en el caso de Granada, por el establecimiento de una potente red de transporte tranviario que acercó los pueblos del cinturón a la capital favoreciendo notablemente el tráfico de viajeros y mercancías, y, para culminar los homenajes que la sociedad granadina de los años 20 le tributó por su servicio a Granada; y, en el caso de Motril, por sus esfuerzos y gestiones para la finalización de las obras del Puerto así como por su decidido empeño en que Motril contara con ferrocarril, si bien, este empeño resultó fallido en 1924 por razones ajenas a Velasco y hubo de sustituirse por el conocido “Cable” Durcal-Motril que en apreciable medida dinamizó la vida del Puerto en sus primeros años.
Petición ésta que se formula desde el mayor respeto a estas Corporaciones Locales.
Agustín Castillo Vergara, autor del libro “Los tranvías de la Vega de Granada”.
Agustín Castillo Martínez, Ingeniero de caminos, canales y puertos.