IDEAL

MARÍA DOLORES GARCÍA – ALMERÍA
El viaje en tren organizado por la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Almería, ASAFAL, entre las localidades de Fiñana y la capital resultó ser un éxito de participación y desarrollo de los acontecimientos. Hubo un trayecto de ida y vuelta de unas dos horas. Los víajeros fueron recibidos con banda de músi ca y agasajo gastronómico. Las tres estaciones que fueron parada: Fiñana, Gádor y Almería tienen desde ayer un recuerdo perenne de la conmemoración del centenarío de la apertura de la línea Linares – Almería. Tres placas fueron descubiertas en cada estación. La máquina que hizo este viaje extraordinario era un automotor MAN 592 que subió la cuestas a 60 kilómetros por hora y recorrió las vías engalanado con banderolas y el logotipo de la entidad organizadora.
José Luis Martínez Carreño fue una de las personas más visitadas durante la mañana de ayer en el viaje en tren conmemorativo del centenario de la línea Linares Almería. Era el maquinista que llevó a románticos y curiosos, grandes y pequeños desde la estación de la capital y hasta Fiñana en una máquina de los años 60.
«Hemos ido a una media de unos 60 kilómetros por hora. En esta pendiente que hemos subido no se puede ir a otra velocidad, ni siquiera el TRD. En la recta pasada Abrucena podríamos haber llegado a los 100 pero íbamos a parar pronto», explicaba el conductor del vehículo ferroviario una vez en Fiñana. Allí se llegó sobre las nueve menos veinte de la mañana, una hora después de haber salido de Almería.
El viaje tanto de ida como de vuelta discurrió sin sobresaltos, sin tener en cuenta la euforia de los organizadores, los juegos de los pequeños y la curiosidad de los mayores. Tanto el presidente de ASAFAL, como el resto de miembros del colectivo, andaban corno niños con zapatos nuevos tren arriba, tren abajo.
Cinco grados
La lluvia no pudo con el entusiasmo de los participantes que además aguardó a que el tren estuviera en marcha para arreciar. La estancia en las estaciones contó con ligeras lloviznas. El único contratiempo sufrido fue una vez en la primera parada, cuando el frío, caló los huesos de los viajeros, que se encontraron con una temperatura de unos 5 ó 6 grados, que obligó a que algunas personas se resguardaran en el mismo tren. A las diez se repartía el café caliente y de seguida el pan de pueblo con aceite de la comarca, todo ello después de descubrir una placa.
La estancia en Fiñana tuvo sorpresas como las de la banda de Música que al ritmo de los Beatles festejaron al tren, además de una muestra individual de una reproducción de una máquina a imagen del modelo inglés Simple de principios de siglo, de vapor, una 030, como explicó su autor.
El tren arrancó de vuelta hacia Almería a las diez y media engalanado con banderolas que sorprendían a quienes se encontraban a su paso. En Gádor la expedición fue recibida con todos los honores por el Ayuntamiento y, como en Fiñana muchos vecinos se acercaron. Hubo palabras de recuerdo para una de las fuentes de trabajo hace años en esta localidad del Andarax, no faltaron los cohetes, la placa e incluso unas naranjas propias de la tierra. La Banda fue la de Gádor.
En los últimos kilómetros sobre el camino de hierro en recuerdo de los primeros pasos del ferrocarril que unió Almería con el resto de provincias españolas, hizo presencia el cansancio de los expedicionarios que tuvieron que madrugar más de la cuenta para poder subir al tren.
En Almería la comitiva oficial la componían el concejal de Protección Ciudadana y Tráfico, Cristóbal Moya-Angeler, el diputado provincial Gonzalo Bermejo, así como el gerente de la estación Manuel Martínez. El pie en tierra lo celebraron con el Himno de Andalucía interpretado por la Banda de La Cañada. Hubo palabras y requerimientos a los políticos porque esta celebración se reconvierta antes del 2005 en otra para el tren Euromed que vuelva a conectar a la provincia con el resto de España y Europa. Los agradecimientos fueron extensos. Junto al ágape ofrecido por el Ayuntamiento no faltó la actuación del grupo Virgen del Mar.

Anécdotas del viaje.
Resultó ser una expedición con numerosos polizones, ya que muchos de los viajeros no portaban sus billetes, que a la vez eran conmemorativos del centenario y expedidos por la Asociación Amigos del Ferrocarril. Más de una hora tuvieron que esperar quienes fueron de excursión para que en Fiñana se diera un desayuno de café y pan con aceite. El alcalde se hizo de rogar y se presentó pasado un tiempo no exento de lluvia y de aire fresco. El café tuvo un viaje desde el pueblo hasta la estación de casi un cuarto de hora «porque iba en una olla grande y no quería derramarse». Los túneles eran oscuros y algunos demasiado ¡argos. Los numerosos niños que viajaban en el automotor MAN 592 gritaban y hacían palmas cuando la luz se apagaba. Una incipiente asociación de amigos del ferrocarril se presentó en Fiñana. Eran los de Baza que aportaron una maqueta de una máquina creada por José Ferrer García. El MAN 592 se convirtió en un viaje sorpresa ya que desde la partida y hasta la llegada los viajeros no cesaron de recibir presentes. Recortables, pegatinas, bolígrafos, caramelos y hasta bollos de chocolate para los niños, No hay que olvidar las naranjas con las que los gadorenses agasajaron a los viajeros del centenario, ni el pan con aceite de los fiñaneros ni las mesas con el ágape de la capital.

Tres bandas y dos alcaldes.
M. D. G. – ALMERIA
Esta expedición multigeneracional disfrutó con el mismo viaje en tren, que para algunos era la primera ocasión que se dejaban llevar por el «caballo de hierro». Pero también participaron en los agasajos que les ofrecieron en cada uno de los lugares de llegada. Los vecinos hicieron acto de presencia y las viandas no fueron recatadas.
En todos los casos las estaciones hicieron las veces de salón del pueblo. Las autoridades de Almería, Fiñana y Gádor estuvieron a pie de tren. Hubo dos alcaldes y tres bandas. En Almería al primer edil lo sustituyó el concejal de Tráfico y Protección Ciudadana. Las Bandas de Música como en cualquier fiesta de pueblo o conmemoración de éste no faltaron. Así estuvieron en cada estación, con más o menos frío, las de Fiñana que tocaron a ritmo de los Beatles, los de Gádor que interpretaron como el resto los himnos y la de La Cañada que al son de pasodoble convidó a ver actuar al grupo folklórico Virgen del Mar.
Regalos al paladar
Las viandas no escasearon en ninguna de las estaciones. La más alta dio fuerzas para el camino, café y pan con aceite de la comarca, la del Bajo Andarax ofreció los cítricos que la hacen famosa y en Almería el ágape fue más delicado. En todos los casos los excursionistas y los arrimados de cada lugar disfrutaron con los agasajos.
Si todo eso queda ya sólo en el recuerdo y los estómagos, lo que si es desde ayer visible son las tres placas idénticas que lucen en las paredes de las estaciones que Renfe tiene en las tres localidades visitadas. Son de mármol y con una inscripción en la que la Asociación de Amigos del Ferrocarril deja constancia de ese centenario celebrado en el día de ayer, dos jornadas después de que se cumpliera el siglo de la línea Linares – Almería.

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