Esta empresa, cuya sede central estaba en la calle Claudio Coello, 23 de Madrid, se constituyó en 1942 con la participación de Unión Española de Explosivos y S.A. Cros al objeto de producir superfostatos y abonos compuestos, además de establecer un reparto de mercados y áreas de influencia. Y con ese fin, hacia 1944, adquirió los terrenos donde estuvo la AZUCARERA NUESTRA SEÑORA DE MONTSERRAT para el montaje de una fábrica de abonos. Esta finca, conocida como «El Ingenio», se encontraba sin utilidad desde mucho tiempo atrás después de haber sido prisión durante la Guerra Civil y en los primeros años de la dictadura franquista. Para adaptarla a la nueva actividad demolieron las construcciones innecesarias y encargaron al ingeniero Eduardo Torroja las nuevas naves industriales, que fueron resueltas mediante estructuras abovedadas de hormigón armado muy funcionales y de una gran belleza.
A comienzos de 1945, la dirección de la compañía proyectó una vía-apartadero para atender sus necesidades de transporte y solicitó a la Renfe su instalación en el punto kilométrico 248,902 de la línea de Linares a Almería y «a una distancia de 300 metros aproximadamente fuera del disco de entrada a la estación de Almería, donde la vía se encuentra en pendiente de 0,019466». En este mismo paraje, a finales del siglo XIX, la Compañía de los Caminos de Hierro del Sur de España concedió un apartadero que daba servicio a la que fue Azucarera Nuestra Señora de Montserrat, pero tuvo una vida efímera y sus instalaciones se levantaron. Años después, aunque con una actividad industrial distinta, se volvía a emplazar en el mismo lugar una vía particular. No obstante, antes de aprobar el proyecto presentado y de acometerse las obras, la Renfe planteó la posibilidad de reabrir el antiguo apartadero de Montserrat, ubicado en el lado Linares y en un lugar próximo a la futura factoría, con el fin de establecer desde este punto una vía directa hasta el recinto industrial. Finalmente, en octubre de 1945 se concedió la autorización por parte de la compañía ferroviaria para que en el plazo de un año se ejecutasen las obras del apartadero de acuerdo con el proyecto presentado y cuyo punto de enlace con la vía general sería en el kilómetro 248,490. Como dato curioso, la nueva vía debía atravesar la explanación del antiguo ferrocarril de Sierra Alhamilla que, en ese momento solo era un camino, aunque se indicaba que el concesionario debería correr con los gastos de establecimiento del correspondiente paso a nivel, guardería y protección si dicho ferrocarril volvía a funcionar.
Al igual que el precedente apartadero de la Azucarera de Nuestra Señora de Montserrat, la vía se orientaba hacia la estación de Almería y la seguridad estaba garantizada con la instalación de un punto permanente de guardería (una caseta dotada de teléfono), protegiendo el cambio de acceso al apartadero con sus correspondientes discos a ambas bandas de la vía general y dotados de cerrojos de seguridad. Cuando se realizaba un servicio, un agente autorizado de Renfe intervenía en la circulación de los trenes.

En marzo de 1947 el apartadero ya estaba operativo y las previsiones iniciales de transporte se estimaron en unas 24 000 toneladas anuales. Las materias primas de entrada, fosfatos y pirita deberían alcanzar un volumen de 6000 toneladas cada una y su origen principal sería el puerto de Almería, mientras que las salidas del producto terminado (abonos) se elevarían a 12 000 toneladas y los destinos estarían determinados por el ámbito de influencia de la industria. Desconocemos si estas previsiones se cumplieron a lo largo de los años que estuvo funcionando la fábrica.
A comienzos de la década de los años setenta el tráfico ferroviario sobre el apartadero era prácticamente nulo y, en 1978, ya no había ninguna actividad en la factoría y se encontraba sin personal. Como la dirección de Renfe estaba muy interesada en levantar todos los cambios que no tuvieran circulación y que se ubicaran fuera de las estaciones, el 11 de noviembre de ese mismo año se realizó esta operación y la circular número 180 de la 3ª Zona comunicaba que «a partir de las 12 horas del día 1 de febrero de 1979 quedaba oficialmente clausurado y cerrado a toda clase de servicios ferroviarios el cargadero de Productos Químicos Ibéricos (Proquiber).
Actualmente no queda ningún vestigio de lo que en otra época fue zona industrial, primero como una azucarera y, después, como fábrica de abonos, salvo la portada de tres arcos que daba acceso al viejo «Ingenio» y que se conserva en un parque, muy cerca de su emplazamiento original.
Autor: ANTONIO AGUILERA CANTÓN
Fuentes y bibliografía:
Archivo ASAFAL
Julián Sobrino. Arquitectura de la industria en Andalucía.