El ingeniero sevillano Alfonso González Gutiérrez acaba de jubilarse y poner punto y final a una relación profesional con el ferrocarril español e internacional que se ha prolongado durante 47 años. Este andaluz de trato exquisito, mejor humor y gran capacidad para mimetizarse con el terreno nació en Sevilla en 1950. En esta ciudad estudia Ingeniería Técnica entre 1964 y 1968, y posteriormente entre 1968 y 1973 cursa estudios de Ingeniero Industrial Superior. De espíritu alemán en lo laboral, comienza a destacar desde muy joven, obteniendo en 1973 el Premio Ayuntamiento de Sevilla. Posteriormente realiza estudios complementarios de Organización Industrial en la E.O.I. y diversos cursos ferroviarios en la Universidad Menéndez y Pelayo.
Tras este amplio periodo de formación inicia sus primeros pasos profesionales como profesor y tras un breve paso por la empresa Sevillana de Electricidad, ingresa en 1972 en Renfe en el departamento de instalaciones fijas, realizando trabajos de dirección de obras de electrificación.
A partir de este momento, inicia una larga y exitosa carrera, que tiene su punto de inflexión en 1986, con su especialización en la construcción de ferrocarril de alta velocidad. Participa activamente en el diseño y remodelación de las redes arteriales ferroviarias de Sevilla y Córdoba. Con el paso de los años se convierte en uno de los padres de la Alta Velocidad Española, tras la entrada en servicio de la Línea Madrid-Sevilla en abril de 1992.
En 1995, Alfonso González es un ingeniero referente en obras de alta velocidad. En este mismo año al crearse una Asociación Europea de Interés Económica entre RENFE y SNCF (ferrocarriles franceses) para estudio Línea Alta Velocidad entre Barcelona y Narbona, asume la Dirección Técnica por parte española, en el tramo internacional de la línea. Asume la difícil tarea de la conexión, salvando con éxito la barrera de los Pirineos mediante la ejecución del túnel de Pertús, de 8,2 kilómetros.
En 2005 y coincidiendo con la creación de Adif, González Gutiérrez es nombrado Director de la Línea de Alta Velocidad Sur, encargándose de la construcción y puesta en servicio de la LAV Córdoba-Málaga (23 diciembre de 2007) y de las obras de las LAV Antequera/Santa Ana-Granada, Madrid-Extremadura-Frontera Portuguesa y del tramo Murcia-Almería del Corredor Mediterráneo. Son años de un tren de vida muy exigente, que solo su extraordinaria capacidad y metodología de trabajo le permiten poder desarrollar su actividad en un amplio territorio que se extiende desde Navalmoral de la Mata (Cáceres) hasta la Región de Murcia.
Cuando asume el reto de la construcción de la línea de alta velocidad Murcia-Almería, su gran visión de futuro le hace apostar por el desarrollo de los tramos más complejos, para garantizar así la continuación de unas obras, afectadas en gran medida por los avatares y cambios políticos y económicos.
En pocos años completa con éxito la ejecución de los 28 kilómetros existentes entre Vera y Los Arejos, donde se concentran la mayor parte de las grandes obras de ingeniería en cuanto a viaductos y el túnel de Sorbas, que con sus dos tubos de 7,6 km es el túnel más largo de Andalucía de todos los transportes terrestres.
Alfonso es un perfeccionista, dota a cada una de las líneas de alta velocidad que le son encomendadas de todos parámetros de calidad que una infraestructura ferroviaria necesita (plataforma de 14 m para instalar doble vía electrificada, radios de curva amplios para poder desarrollar velocidades de más de 300 km/h, diseño mixto para viajeros y mercancías…).
De talante negociador, unió a su gestión profesional la habilidad para llegar a acuerdos con todo tipo de administraciones y colectivos sociales. Cuando a finales de noviembre de 2009 la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Almería (ASAFAL) le invitó para que clausurase la novena edición del Ciclo de Cine Ferroviario, Alfonso aceptó y correspondió con una visita de puertas abiertas a las obras de alta velocidad, en esos momentos en gran efervescencia. Una muestra de su personalidad es que siempre ha actuado con la cercanía y transparencia que han acompañado a su trayectoria profesional.
Su impecable carrera y en paralelo el proyecto de ejecución de la línea de alta velocidad para Almería, quedaron paralizados tras la llegada en 2012 de un nuevo equipo tanto en el Ministerio de Fomento como en Adif. Qué poco dura la alegría en la casa del pobre, sabemos bien los almerienses. Y cerca de nueve años después, las obras decisivas que Alfonso González pudo concluir de los cuatro tramos más complicados por orografía e inversión, constituyen el principal legado de este profesional al ferrocarril de Almería, en toda su historia.
Luego llegaron las descalificaciones debido a que la ignorancia es atrevida con afirmaciones tales como “se estaban haciendo tramos en medio de la nada y que no llevan a ninguna parte” y más tarde llegó la solución low cost en el que el concepto de alta velocidad queda muy desvirtuado al no poder contar con doble vía y aprobarse un modificado en vía única para la mayor parte del recorrido.
A esas afirmaciones sin sentido, Alfonso González respondió como responden los grandes maestros orientales: con el silencio de los sabios. Larga vida a este cinturón negro de la alta velocidad ferroviaria.
Jesús Martínez Capel – Presidente de ASAFAL
Artículo publicado en el DIARIO DE ALMERÍA el 29 de mayo de 2019