LA VOZ DE ALMERÍA

La lucha permanente, la reivindicación constante y las ganas de mejorar las comunicaciones de esta provincia creo que son inherentes a nuestro carácter. Desde estas mismas páginas se han derramado ríos de tinta, y posiblemente en el futuro muchos más, en defensa de la mejora de las infraestructuras de esta provincia. Nadie duda que se ha avanzado mucho, que se han invertido miles de millones en autovías, pero tampoco es para tirar las campanas al vuelo. Luego está el ferrocarril. Este medio de comunicación es punto y aparte. El tiempo del viaje con Madrid es todavía casi de posguerra.Las condiciones en las que se viajan se acercan mucho a las de los años sesenta y las perspectivas, para nuestra desgracia, parece que no van a mejorar a corto plazo. Y aquí entra el papel de la Administración andaluza. Sin competencias han sido capaces de acercar el tiempo de viaje entre Almería y Sevilla casi al del coche y, encima, han conseguido que Renfe mejore y renueve el material. Y cuando no ha sido así, como el caso del Tren Ligero que ahora hace el trayecto entre Almería y Granada, han sido lo suficientemente inteligentes para dividir un automotor en dos, dar dos manos de pintura, cambiar los asientos y hacer un rectificado de los motores y ¡eureka!, nuevo tren, más cómodo, más funcional y capaz de atraer a los viajeros. Y con las mismas vías. ¿Alguien da más?

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