LA AMENAZA DEL TRANSBORDO

El trazado actual del ferrocarril en Almería nos dibuja en el mapa de España como si fuéramos una isla, ya que el tiempo medio que invierten los trenes con Madrid-Atocha es de 6h.19’ y con Sevilla de 5h.42’.

¿Qué están haciendo nuestros gobernantes para mejorar esta situación? A corto plazo, NADA.

Casi nadie parece darse cuenta del daño terrible que se hace a toda la economía almeriense, especialmente al sector turístico, cuando año tras año las provincias cercanas, con las que competimos por el mismo mercado,  van mejorando sus comunicaciones con Madrid y el resto del país, mientras que a nosotros solo nos llegan las promesas huecas que se van transformando en un sentimiento cada vez mayor de abandono.

Habrá quien diga que nos quejamos sin motivo, puesto que en los presupuestos generales del Estado para 2015 hay una partida de 107 M. € para la construcción del subtramo entre Cuevas y Pulpí. Veamos, si está muy bien, pero no seamos ingenuos. La línea férrea con Murcia no estará terminada hasta el año 2022,… según lo avalan los informes técnicos.

No podemos conformarnos con esperar a que se haga la línea de alta velocidad con Murcia. NO, porque ya estamos hartos de ser siempre los últimos

Seamos serios y prácticos. Las comunicaciones ferroviarias de Almería pueden mejorarse sin necesidad de grandes inversiones y, además, las actuaciones a realizar estarían finalizadas para el próximo año. ¿Por qué no se construye un intercambiador de ejes  en Granada para que nos beneficiemos de la llegada de la alta velocidad a la capital vecina? Cuando en 1992 se terminó la LAV Madrid-Sevilla, en la estación de Córdoba quedó instalado uno de estos intercambiadores de ejes para que los trenes de Málaga también ahorraran tiempo de viaje, en concreto, 2 horas. También, al prolongarse la LAV hasta esta ciudad, ocurrió lo mismo con Granada y Algeciras, al utilizar el nuevo intercambiador que se ubicó en Antequera-Santa Ana.

Es un sinsentido que no se haga lo mismo para Almería, sobre todo cuando el coste de la obra es ridículo en comparación con el resto de la infraestructura y su plazo de ejecución es inferior a 4 meses.

La segunda cuestión hace referencia a la línea Almería – Granada. ¿Cómo es posible que el tiempo medio de viaje de los trenes con Granada esté actualmente en 2h.26’ cuando a finales del año 2002 el tren más rápido lo hacía en 1h.56’? Después de 12 años, en lugar de reducir el tiempo del recorrido tardamos: ¡30’ más! ¡Ya está bien!

Para solucionar este grave problema se trataría de acometer unas obras que calificaríamos de menores, por cuanto no hay que expropiar terrenos ni realizar grandes inversiones, simplemente reparar la vía para que se supriman las limitaciones de velocidad que se pusieron a lo largo del trayecto y acondicionaran algunos tramos. Todas estas obras no deberían implicar más de 6 meses. En definitiva, queremos llegar a Granada en el mismo tiempo que hace 12 años. ¿Es una petición exagerada?

Con estas dos actuaciones: recuperar el tiempo de viaje de hace más de una década y la construcción en Granada de un intercambiador de ejes para que nuestros trenes fueran directos a Madrid y Sevilla, en el próximo año podríamos acortar la duración del viaje a 4h.51’ (1h.28’ menos), en el primer caso, y 4h.1’ (1h.42’ menos) en el segundo.

Para que se vea más claro el problema: cuando el próximo año llegue la alta velocidad a Granada, será más interesante coger un tren regional hasta esta ciudad, aunque siga tardando 2h.26’ de media, realizar allí un transbordo en el mismo andén (5’) y continuar en un AVE a Madrid (2h.50’), porque el viaje duraría en total 5h.21’, es decir, casi 1 hora menos de lo que actualmente tarda el Talgo por Linares-Baeza. Y para Sevilla igual, con transbordo emplearíamos 4h.31’ frente a las 5h.42’ de media actuales.

Con los PGE en tramitación, se está a tiempo de solucionarlo, porque si nadie lo remedia y todo sigue igual, habrá que ir pensando en reclamar el concepto de insularidad como el que perciben los habitantes de Baleares y Canarias, pues está claro que pretenden obligarnos a realizar un transbordo para viajar en tren. ¿Es ese el tratamiento que nos merecemos los almerienses?

Jesús Martínez Capel

Presidente de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Almería

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