¿QUÉ PASA CON LA BALDWIN DE GUADIX?

Esta es una de las preguntas que con más frecuencia he tenido que contestar desde el pasado mes de Agosto, momento en que se hizo efectivo el traslado de la locomotora de vapor de Guadix para su reparación y posterior circulación en el Tren de la Fresa.

Es por ello, que he intentado contrastar todas las informaciones para tener una opinión formada que explique la verdadera situación de este símbolo vivo de la historia del ferrocarril.

Desde su completa restauración y entrada triunfal en Guadix allá por Julio de 2001, la historia de esta locomotora ha sido un constante querer y no poder en torno a la creación de un tren turístico. Los primeros intentos se centraron en la reconstrucción de los coches de madera a través de una escuela taller, tarea que quedó a medio hacer. Le siguieron otros con coches más modernos, encontrando diversas dificultades técnicas. Mientras tanto, el proceso de liberalización del sector ferroviario, iniciado en 2005, añadió mayores requerimientos técnicos y de seguridad para poner en circulación trenes históricos.

Ocho años de buena voluntad pero de escaso apoyo institucional y de ausencia de un proyecto medianamente serio para poner en marcha el tan ansiado tren turístico. De este modo se llega a finales de 2009, momento en que el Ayuntamiento de Guadix firma con el  Centro de Estudios Históricos del Ferrocarril Español (CEHFE), un convenio para la realización de un proyecto completo de puesta en valor del tren y del entorno del antiguo depósito de vapor, presentado el pasado mes de Abril.

El CEHFE es una de las pocas estructuras profesionalizadas de este país capaz de llevar adelante proyectos de este tipo. Para ello ha creado la mercantil Compañía General de los Ferrocarriles Turísticos (CGFT), con la suficiente solvencia técnica y económica para establecer trayectos turísticos estables con trenes de época a lo largo de la geografía española, tal y como se viene realizando desde hace muchos años en países de nuestro entorno (Suiza, Alemania o Francia). Únicamente falta salvar el escollo de la legislación que regule este tipo de circulaciones, cuestión que parece se resolverá en breve. Entre tanto, el plan de empresa iniciado en la Fundación de los Ferrocarriles Españoles ha conllevado, entre otros, un cambio significativo: el Museo del Ferrocarril por primera vez en su historia está dirigido por técnicos, y no por políticos. Así, desde su nombramiento en Junio pasado, la dirección de este Museo público se está esforzando por parar la política errática que había llevado al Tren de la Fresa, producto estrella del Museo, a circular con una locomotora eléctrica que hace pocos años remolcaba los trenes Talgo200.

Fruto de ese empeño, a finales de Julio se firma el convenio por el que la locomotora tracciona el Tren de la Fresa en la campaña de otoño, a cambio de instalarle un sistema de frenado por aire comprimido, imprescindible para circular en la red ferroviaria y una puesta a punto que permita hacer estos viajes con la suficiente solvencia. Muy pocas empresas en España son capaces de realizar estos trabajos sobre un material tecnológicamente desfasado y con personal especializado en tracción vapor. Los Talleres Celada de León han sido los encargados de tan encomiable tarea en tan poco tiempo, un mes. Una operación muy ventajosa para todas las partes pero especialmente para el futuro del Tren de la Comarca de Guadix, por varias razones:

En cuanto a costes, el transporte, los permisos y la reparación corren a cargo del Museo de Ferrocarril.

En cuanto a funcionamiento y rodaje, dispone de seis fines de semana, los que dura la campaña del Tren de la Fresa, para evaluar el comportamiento en vía y mejorar aquello que sea necesario.

En cuanto a publicidad, el Tren de la Fresa ha situado en el mapa a Guadix, a su locomotora y a su proyecto. Este tren es un referente turístico nacional e internacional, y con la ayuda de la Baldwin, se  recupera el verdadero sabor de los viajes en tren de mediados del siglo pasado.

La celeridad con la había que operar y que fuera Agosto, cogió a todos con el paso cambiado. Al Ayuntamiento de Guadix, por no comunicar debidamente el acuerdo y presentarlo como una magnífica oportunidad. A la oposición, por denunciar el sigilo con que la máquina salió de Guadix y anunciar su marcha definitiva. A los medios de comunicación por hacerse eco tan frívolamente de la cuestión, apelando a localismos trasnochados.

Hasta aquí, todas las reacciones y opiniones son comprensibles, pero lo que no es de recibo es que ya pasado un mes y medio, el principal partido de la oposición en Guadix, siga vertiendo inexactitudes y destapando mentiras sobre este tema. La más importante, la explotación privada de la locomotora en Madrid cuando el Museo del Ferrocarril es una institución patrocinada por empresas públicas ferroviarias. Verdaderamente suena a run-run preelectoral.

Como Asociación de Amigos del Ferrocarril, que difunde las ventajas de este medio de transporte al margen de cualquier ideología política y que defiende todas las iniciativas a favor de la mejora de los escuálidos servicios ferroviarios de nuestra provincia y de la puesta en valor del escaso patrimonio industrial, no puede más que apoyar y felicitar a las partes que han hecho posible que la mítica y cinematográfica “Baldwin”, “Babwil” o “Barbi” siga agrandando su leyenda.


Carlos Peña Aguilera

Presidente de Agraft

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